Lo que sientes es un capricho
Muchas veces pensamos que es amor cuando lo que resulta ser es que ese sujeto es un mero capricho. Nuestra mente nos pone a prueba y hay veces que plantea conseguir la atención de una persona como un reto.
No sólo piensas en cómo quieres conocerle y las cosas que te gustan de su persona, sino también controlas la parte de ti que quieres proyectarle.
En vez de sentirte confiado con respecto a la relación que os une, sólo piensas en qué manera le puedes agradar y sólo te centras en gustarle, dando por hecho que todo de él/ella te gusta a ti.
Analiza la forma en la que piensas sobre la otra persona. Piensas constantemente sobre la forma en que sonríe, cómo dice tu nombre o la manera en que te mira. Piensas obsesivamente en esos detalles y tratas de decidir cómo se siente esa persona basándote en cualidades triviales.
Reflexiona sobre cuando surge un conflicto te preguntas si esa persona realmente merece la pena o tratas de entender su punto de vista.
Con todo ello y una vez que sientes que tienes estas respuestas, te gustaría sugerirle que te apetece tener una relación en exclusiva con su persona.