Primera norma : nadie te hará sentir mal
Siempre que se comienza una relación se presenta la incertidumbre si será o no el adecuado, si nos conviene o es una persona íntegra. En las nuevas relaciones se presentan muchos factores que a menudo pasan desapercibidos por la emoción del momento y en ocasiones nos dejamos llevar aún sabiendo que esa persona nos hace sentir mal, hay puntos en común que no debes pasar por alto para mantenerte alerta.
¡Atención ! Si tu pareja te dice cosas como estas, ¡Huye !
– Hablas de cosas absurdas : Siempre es la persona con mayor saber estar, el que en una reunión tiene las mejores cosas que decir y preguntar, y sin embargo tú no hablas más que tonterías, no entres en su juego, sólo te ridiculizará en público.
– No me gusta tu ambiente : Muchas personas procuran alejar a sus parejas de su entorno y su círculo primario para ejercer un control total y absoluto sobre ellas. Si se propone aislarte no se lo permitas tu familia es tu vida y tus amigos tu evasión y les debes un respeto, ellos llegaron primero, se quedan.
– Has engordado : Nadie debe de juzgar tu aspecto físico y menos tu pareja, si tienes unos kilos de más, siempre hay alguien mejor que esa persona a la que le parezcas la persona más atractiva del mundo.
– Me aburro contigo : Si te culpa de su estado mental de divertimento es que, total y absolutamente, no te merece. Si esquiva tus muestras de afecto está claro que esa persona no las valora.
– No me gusta tu ropa : ¿Cuántas personas obligan o exigen a sus parejas que no se vistan de una determinada manera ? Tu cuerpo es tuyo y luces como quieres. No cedas ante estas imposiciones, no te traerán más que problemas, si cedes en esto tu voluntad se verá completamente anulada.
– No eres nada sin mí : esto es lo más terrorífico que se pueda escuchar, a las personas las hacemos especiales nosotros mismos y evidentemente aquella persona o pareja que no te valora es totalmente prescindible. Estas personas son las más peligrosas puesto que detonan un alto índice de falta de autoestima y su cometido será hundir al que tiene al lado para sentirse bien consigo mismo.